Desde que volvimos a Barcelona en septiembre, me he tomado en serio el correr. Hasta el momento he corrido en las siguientes competencias:
- Cursa de la Mercé (Barcelona)
- Cursa de Sants (Barcelona)
- Maratón de Porto (Portugal)
- Cursa de Carrer Nou (Girona)
En todas ellas he corrido 10 kilómetros... la maratón de Porto es de 42, pero también habían carreras de 21 y 10 kms, y corrí allí porque tuvimos la suerte de ver los letreros cuando andábamos de viaje en Porto (ver post anterior).
La carrera en Girona del domingo pasado también fue especial porque es la primera vez que corro 10 kms en menos de 50 minutos (hice 49:15), y además porque me inscribí sin tener muy claro que tendría que viajar tanto (1:30 horas en tren) y por lo tanto levantarme tan temprano (a las 5:45 estaba levantándome y a las 6:45 ya estaba en la estación tomando el tren).
Un Domingo normal de carrera empieza generalmente muy temprano, para alcanzar a comer algo y que no me duela ni pese mucho la guata. Me levanto solo, porque sería mucho pedirle a la Bárbara que se levantara tan temprano un Domingo (aunque es super comprensible, si el que está mal de la cabeza soy yo, no ella! :D). Llego a la partida, recojo mi número, caliento un poco, corro, recojo los cachureos que regalan y me devuelvo a casa.
Es un poco desmotivante que mi rutina de carrera sea tan solitaria, pero por suerte el correr es un deporte en el que puedes suplir la compañía con el trabajo mental en el que debes concentrarte, para que tu cerebro no logre engañarte haciéndote pensar que ya no puedes más... Ayer le comentaba a Bárbara sobre eso, y es bastante lógico ya que el ser humano ha pasado miles y miles de años tratando de ahorrar energías en vez de gastarlas, y que -por inercia genética- es imposible que en tan pocos años en que la alimentación no es un problema en gran parte del mundo civilizado, nuestro cuerpo se acostumbre a que la grasa es mala y los cuerpos raquíticos son los más aptos desde el punto de vista de conservación de la especie. Si lo piensan a nivel evolutivo, es bastante antinatural comer poco, y también hacer ejercicio porque sí!
Bueno, volviendo a lo de correr, el engaño del cerebro hace que sea un ejercicio mental muy interesante, y cuando ya se está flaqueando, uno se puede concentrar en cualquier cosa que ayude, como por ejemplo:
- Pensar que conoces a la persona que corre a tu lado
- Pensar en el momento en que llegues a la meta
- Pensar en que si logras mantener el ritmo es un triunfo grande de tu voluntad conciente sobre los mandatos inconcientes.
- Cantar, tararear canciones y llevar el ritmo de la cancion que tarareas, etc etc.
Otra de las cosas que me motiva a seguir corriendo y tratar de superarme es mirar la página de los
free-runners, donde corren varios de los amigos que conocí en mi master en Francia, y ver el entusiasmo con que se lo toman.
A partir de este sábado 29 empezaremos a ir con Bárbara, Ximena, Christian y yo a unos
entrenamientos pagados que organiza Nike en uno de los parques que quedan cerca de la casa. Ninguno de ellos tres son muy aficionados a correr, así es que me imagino que lo entusiasmado que yo estaba los ayudó algo a decidirse. Es de esperar que les pique el bichito y en un futuro no lejano seamos varios los que vayamos representando a Chile en las competencias por catalunya!
Lo que ahora se viene es la carrera de Manresa que es este domingo. Igual que en Girona, no sabía donde quedaba Manresa (es mas, ni siquiera sabía que está fuera de Barcelona, como a una hora en tren!), pero voy a aprovechar de caminar un poco y conocer la ciudad. Ya tendrán más novedades.
Rho