me miras una mañana con ojitos de misterio. De repente, de la nada, metes los dedos a tu nariz y me dices:
- mira papi, me saqué un moco (pausa de un par de segundos) ... y me lo voy a comer
Tu cara se ilumina con una sonrisa picarona, como sabiendo que estas haciendo algo prohibido y chistoso a la vez.
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